cueva
La felicidad es algo que viene de dentro de ti.

La felicidad a veces lejana es algo que está más cerca de lo que la mayor parte piensa.

Muchos buscan que alguien los haga felices, pero los demás no tienen la responsabilidad ni el deber de hacernos felices.

La mayor parte de las personas desean que otros les traigan la felicidad, o que algún caro objeto, muchas veces imposible, los haga felices.

Todas las personas tienen sus responsabilidades, sus sentimientos, podemos desear que la otra personas nos respete, nos considere, tal vez que nos ame, pero no podemos pedirle que nos haga feliz.

Muchas personas nos tratan mal, se aprovechan de nosotros, pero nos hacen sentir felices. El ser feliz no depende de lo externo.

Aquellos que asisten voluntariamente a los centros de ayuda a las personas de extrema pobreza, encuentran que todo lo piden, a veces no dan ni las gracias, pero sentimos felicidad dentro de nosotros.

Algunas personas no pueden ser felices porque no tienen el auto del año, o que los muebles ya pasaron de moda. Tal vez no pudieron ir al concierto de rock o al viaje que sus vecinos si.

Están pensando más en el ascenso en el trabajo que en su trabajo en si. Están pensando en que gastarse su salario a fin de mes y no en producir más en sus labores o en independizarse.

Permiso, Quiero Ser Feliz

Lo más terrible es no ser felices por lo que otros tienen. En el libro “Permiso, Quiero Ser Feliz”, narramos el caso del hermano de un multimillonario que falleció dejando una gran herencia.

Puedes descargar el libro en la columa derecha de este mismo blog.

Este multimillonario, antes de morir, le preguntó a su hermano que si le diera medio millón de dólares podría ser feliz.

El hermano se puso muy feliz con la pregunta y le prometió reinvindicarse ya que no había sido un buen elemento de la sociedad.

Al fallecer, le dejó en herencia, no medio millón, sino dos millones de dólares. Pero a la vez, dejó 4 millones para el asilo de ancianos, 3 millones para hospitales, y así repartió toda su fortuna en obras de bien social,

Se puede ser feliz con lo que tienes.
Se puede ser feliz con lo que tienes.

El hermano, al leerse el testamento, comenzó a maldecir a su difunto bienhechor, amenazando con impugnar el testamento. Al poco tiempo malgastó su fortuna y murió alcohólico en soledad.

Fue infeliz por lo que otros tenían y no fue feliz por lo que ya tenía.

Se puede ser feliz en una cueva en las montañas, o viendo las puestas del sol, y tanto mejor los amaneceres. Contemplando a un hijo delicado de salud en cama, pero vivo y con esperanza.

No pidas que nadie te haga feliz, busca tu propia felicidad, acude a su encuentro, no está lejos, está siempre contigo, dentro de ti.

Si buscas lo que deseas, lo más probable es que esté muy cerca de ti. Por ello, las filosofías orientales, con sabiduría milenaria, siempre enseñan a buscar la felicidad dentro de cada cual.

La felicidad no está en los objetos, sino, en lo que estos objetos aporten a tu vida. Para hacer una similitud, no te puede traer felicidad un par de zapatos de buena marca y de última moda si estos no son de tu medida. Si son muy grandes o pequeños te harán infeliz.

No serás feliz si viajas a Jerusalén o a un templo hindú pensando en los problemas de tu casa o trabajo.

La felicidad requiere que todo sea en la justa medida y con entrega total a lo que estés haciendo o recibiendo.

Nada ni nadie te puede hacer feliz. La felicidad viene desde tu interior más profundo. No obligues a nadie ha que te haga feliz, sólo fluye por la vida, haz las cosas con gran entereza, entrégate a la existencia y en este Camino serás feliz, muy feliz…

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