halagarHalagar proviene del árabe halaq, que significa tratar con suavidad. Muchas veces se entiende como adular que puede ser una forma exagerada de admiración con el propósito de conseguir algún favor.

Halagar por admiración, porque lo merece alguna persona, es bueno expresarlo. Adicionalmente a que la otra persona se sentirá reconocido y se establecerán mejores vínculos de amistad que perdurarán por siempre.

La adulación frecuentemente no es duradera y pronto trae decepciones. Mientras alguien se encuentre en la cima del poder o dinero, tendrá personas que lo adulan, aún de las malas acciones.

El halago, bien hecho, puede conquistar sinceramente a cualquier persona, desde una dama hasta el jefe más exigente y a la vez, ver la elegancia y el poder de seducción que puede tener el que lo hace.

Se puede halagar sutilmente, inclusive mencionando los defectos de la otra persona. Como por ejemplo: Tu discurso ha sido sincero y esclarecedor, procura poner más énfasis en tus obras para que mejore mucho más. Es decir con suavidad.

Tu porte, elegancia y energía son excelentes, si le agregas una sonrisa, serás perfecto. Así estarás halagando y aportando al corregir defectos con suavidad.

Los honores deben otorgarse en vida. Muchos grandes personajes o amigos, son homenajeados luego de su muerte, cuando ya no se puede. Luego de la muerte, por más que se rindan honores a la familia, el principal protagonista ya no estará presente.





Halagar

Halagar al que realmente lo merezca y no por una coyuntura o favores en la mira.

Tampoco se debe exagerar en este halagar, al que se lo merece, hasta muchas veces basta con verle. Pero, siempre en vida.

Los homenajes en vida y en público. Las llamadas de atención en privado. Los halagos para los muertos, son una burla para compensar la falta de sensibilidad en su momento.

Las adulaciones por su lado, deben evitarse, ya sea para vivos o para los muertos. Se debe preferir molestar con la verdad que complacer con adulaciones, expresaba el gran Séneca.

Aristóteles decía: Los tiranos se rodean de hombres malos porque les gusta ser adulados, ningún ser de espíritu elevado los adulará.

Por su parte, Francis Bacon mencionaba: La bajeza más vergonzosa es la adulación.








El halago debe ser sincero, brotar del corazón, hacer saber a la otra persona tanto sus virtudes como sus defectos, con la mejor admiración.

Admiración es lo máximo de la estimación o consideración. Tiene la misma raiz árabe de almirante que son los máximos grados en la marina. El árabe amir, también deriva en emir que significa comandante.

De allí que el halagar implica también alguien que admira a otro. Pero, para admirar, debe merecerlo.

Halagar, no adular

Claramente, se nota la diferencia entre halagar y adular. Al halagar, los riesgos de decepciones son mucho menores, al adular, las decepciones vienen de ambos lados, del que adula y del adulado.

La adulación normalmente es inmoderada y dirigida para el ego. El ego es como una ola del mar que se cree mar, cuando todo contribuye a que una persona sea exitosa. Nunca la adulación a una sola persona, contribuye a que un grupo se una.

Por ello, para la vida Ok, debes ser digno de admiración, una vez que lo logres, los halagos serán muy continuos y sobre todo, merecidos.

Ahora bien, si nadie te halaga y tu crees merecerlo, puedes optar por halagarte a ti mismo. Engríete, date gusto, has lo que desees, que los halagos de dónde vengan serán bien recibidos.

Busca una pareja que te halage, busca amigos que sean sinceros. Si tu pareja o amigos constantemente te reprimen o solo ven tus defectos, debes alejarte de ellos porque pronto pueden adularte.

Por último, busca ser digno de halagos, que eso se nota, aún sin proponértelo.

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