Atrévete a socorrer a las personas en caso de emergencia, no te quedes estático, tú puedes ayudar y ser solidario. Hasta puedes ser un héroe.

Los seres humanos  pasamos por una serie de episodios felices, trágicos, conmovedores, tristes y dolorosos.

Estar frente a una persona accidentada, con un sangrado masivo es una situación que pondrá a prueba tu capacidad para ayudar al accidentado siempre mantén la tranquilidad.

La sangre se encuentra circulando por el interior de los vasos sanguíneos (arterias, venas y capilares), que la transportan por todo el cuerpo.

Cuando alguno de estos vasos sanguíneos se rompe generalmente luego de un traumatismo ya sea contuso o cortante, la sangre sale de su interior, originándose así una hemorragia que será de mayor gravedad e intensidad de acuerdo al mecanismo de acción y la intensidad del accidente, así como también si afecta directamente vasos arteriales .

Detener las Hemorragias

Toda pérdida de sangre debe ser controlada, sobre todo si es abundante.

En caso de hemorragias el organismo pone en funcionamiento su mecanismo para controlarla, inicialmente genera una vasoconstricción (achicamiento del diámetro del vaso), agregando las plaquetas alrededor del vaso lesionado y formando un coágulo que tapona dicho vaso, impidiendo la salida de sangre.

Esta atención debe ser inmediata porque en pocos minutos la pérdida de sangre puede ser masiva, ocasionando shock y muerte.

Por afectar la integridad de la piel, se produce la salida de sangre, lo que ocasiona la hemorragia y potencialmente la herida puede infectarse secundariamente.

Según el diámetro del vaso que se vea afectado, será la intensidad del sangrado, pudiéndolas dividir en:

Hemorragia Capilar o Superficial: Compromete solo los vasos sanguíneos superficiales que irrigan la piel; generalmente esta hemorragia es escasa y se puede controlar fácilmente.

Hemorragia Venosa: Las venas llevan sangre de los órganos hacia el corazón; las hemorragias venosas se caracterizan porque la sangre es de color rojo oscuro y su salida es continua, de escasa o de abundante cantidad.

Hemorragia Arterial: Es un sangrado que por tener alta presión adquiere características espectaculares, generando temor al accidentado y a quien esté encargado de realizar los primeros auxilios.





Las arterias conducen la sangre desde el corazón hacia los demás órganos y el resto del cuerpo; la hemorragia arterial se caracteriza porque la sangre es de color rojo brillante, su salida es abundante y en forma intermitente, coincidiendo con cada pulsación. (tener siempre en cuenta que con la compresión de la zona se detiene invariablemente el mismo).

Acuesta a la víctima: Colócate guantes descartables de látex. De no tener, utiliza una bolsa de nailon o similar de manera de no tomar contacto directo con la sangre del accidentado.

Descubre el sitio de la lesión para valorar el tipo de hemorragia ya que esta no es siempre visible; puede estar oculta por la ropa o por la posición de la víctima.

Para identificar el tipo de hemorragia seca la herida con una tela limpia gasa o apósito.

Desinfecta la herida con antisépticos como solución de, agua oxigenada o alcohol.

Para controlar la hemorragia sigue:

1. Compresión Directa:

Aplica sobre la herida una compresa o tela limpia haciendo presión fuerte. Si no dispone de compresa o tela puede hacerla directamente con su mano siempre y cuando usted no tenga ninguna lesión en las manos o este protegido con guantes.

La mayoría de las hemorragias se pueden controlar con compresión directa.
La compresión directa con la mano puede ser sustituida con un vendaje de presión, cuando las heridas son demasiado grandes o cuando tenga que atender a otras víctimas.








La elevación de la parte lesionada disminuye la presión de la sangre en el lugar de la herida y reduce la hemorragia.

Si la herida está situada en un miembro superior o inferior, levántalo a un nivel superior al corazón.

Cubre los apósitos con una venda de rollo.

Si continua sangrando coloque apósitos adicionales sin retirar el vendaje inicial.

3. Presión Directa sobre la Arteria: Consiste en comprimir con la yema de los dedos una arteria contra el hueso subyacente.

Se utiliza cuando no se ha podido controlar la hemorragia por compresión directa y elevación de la extremidad o en los casos en los cuales no se pueden utilizar los métodos anteriores (fracturas abiertas).

Esta técnica reduce la irrigación de todo el miembro y no solo de la herida como sucede en la presión directa.

Al utilizar el punto de presión se debe hacer simultáneamente presión directa sobre la herida y elevación.

Hemorragia interna a aquella que por sus características la sangre no fluye al exterior del cuerpo, sino que se queda en el interior, generalmente acumulándose debajo de la piel o en una cavidad orgánica, siendo éste caso el más grave.

Pueden ser provocados por aplastamiento, punciones, desgarros en órganos y vasos sanguíneos y fracturas.

Si la víctima presenta síntomas de hemorragia interna o usted sospecha que la fuerza que ocasionó la lesión fue suficiente para provocarla, traslade la víctima lo más pronto posible.

Controle la respiración y pulso cada 5 minutos.
Abríguela.
No le des nada de tomar.

Primeros auxilios en Hemorragia nasal

Para detener una hemorragia nasal haga lo siguiente :

  • Siente a la víctima. La posición sentada reduce el riego sanguíneo para cabeza y nariz.
  • Si es necesario incline la cabeza hacia adelante para evitar ingerir la sangre y ocasionar el vómito.
  • Presione sobre el tabique de la nariz (arriba de las ventanas nasales) con sus dedos índice y pulgar. Esto permite obstruir la arteria principal que irriga la nariz.
  • Si continua sangrando tapone con gasa humedecida en agua destilada o hervida.
  • Aplique sobre la frente y la nariz compresas de agua fría o hielo (envuelto en una toalla gasa o compresa).
  • No la exponga al sol.
  • No permita que se suene porque aumenta el sangrado.
  • Remítalo a un centro asistencial.

Auxilio en casos de Shock

Después de un accidente grave, con frecuencia sobreviene el Shock, condición peculiar caracterizada por una gran depresión física y mental. La reacción puede sobrevenir inmediatamente después del accidente o puede demorarse varias horas. El Shock es peligroso y exige tratamiento inmediato.

El rostro pierde la expresión y tornase pálido, grisáceo o ligeramente azulado. La piel se pone fría y viscosa, y la persona pierde interés en lo que está sucediendo a su alrededor.

El pulso es débil y rápido, y a veces es difícil tomarlo en la muñeca. La respiración es ligera, superficial y rápida.

Cuando se administran los primeros auxilios a una víctima de Shock, sólo tres cosas pueden ayudarle:

– Calor: Mantén al paciente en calor.

– Posición: Levántale los pies de modo que la cabeza quede más baja que el resto del cuerpo. Si usa dentadura postiza o si tiene goma de máscar o tabaco en la boca, sácalo para evita que se los trague y se ahogue.

– Si el paciente no ha perdido el conocimiento, déle estimulantes como espíritu aromático de amoníaco(1 cucharadita en medio vaso de agua), o café o té caliente. A una persona inconsciente no debe dársele ningún líquido. Para hacerle recobrar el sentido, dénsele a oler sales aromáticas. En ningún caso debe darse bebidas alcohólicas.

No le des  estimulantes hasta que se haya detenido todo derrame de sangre.
Las hemorragias abundantes son peligrosas, y deben detenerse con la mayor  celeridad posible. Las hemorragias externas deben contenerse en el lugar del accidente.

– En casos de heridas los primeros auxilios consisten en detener cualquier derrame de sangre y hacer todo lo posible por impedir que entren en la herida gérmenes infecciosos. Siempre hay peligro de infección  en toda herida, por pequeña que sea.  Si ha quedado adentro algún fragmento del instrumento u objeto que la causó, no lo saques deja que lo haga el médico.

Todas las heridas abiertas deben cubrirse prontamente con algún material aséptico, vendajes o almohadillas de muselina o gasa. No uses algodón absorbente, porque se pegará a la herida y es difícil de quitar. Quita la ropa que quede alrededor de la herida, cortándola si es necesario.

Heridas que sangran

Coloca un apósito de gasa aséptica sobre la herida y presióna mediante un vendaje o ligamento de esparadrapo. Por lo general basta un vendaje para contener la hemorragia en la mayoría de las heridas pequeñas o medianas.

Si el vendaje no contiene la hemorragia, aplique presión con la mano sobre el vendaje, directamente sobre el sitio de la herida.

En casos de heridas mayores en que hay trituración de las extremidades, o amputación, por lo general es necesario aplicar un torniquete para contener la hemorragia.

Los dos sitios más apropiados para aplicar torniquete en los brazos o las piernas son:

1.- Alrededor del brazo como a cuatro dedos (5 centímetros de la axila).

2.- Alrededor del muslo, a la misma distancia de la ingle.

Para torniquete puede usarse cualquier pañuelo, corbata, toalla o cinturón. o cualquier prenda de suficiente resistencia que pueda atarse alrededor de la pierna o el brazo y torcerse con un palo corto. no use nunca cuerda, alambre o cualquiera otro material delgado que pueda penetrar en la carne.

Al aplicar un torniquete coloque una almohadilla de gasa u otro material limpio sobre el vaso sanguíneo fin de no causarle daño.

1.    No tuerces más que lo suficiente para detener la hemorragia.
2.    Afloja el torniquete cada 15 minutos; si se deja por mucho tiempo puede causar gangrena. AL aflojar un torniquete nunca lo quite completamente del brazo o la pierna a menos que esté bien seguro de que no hay peligro en ello.
3.    El torniquete debe quedar siempre al descubierto, sin que lo oculten ropas o mantas.
4.    Siempre que apliques un torniquete dícelo al médico.

En casos de heridas en el pericráneo o en la cara por lo general puede contenerse la hemorragia colocando varios apósitos de gasa aséptica sobre la herida y vendándola con firmeza.

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